El ya icónico show televisivo Los Simpson alcanzó este fin de semana los 500 episodios, cifra celebrada con la aparición de Julian Assange en el capítulo del domingo.
Uno de las series televisivas más icónicas de las últimas décadas es sin duda la creación de Matt Groening, The Simpsons. Su ánimo irreverente, iconoclasta incluso, su humor a veces sencillamente inteligente, a veces perturbadoramente amargo, convirtieron al show en uno de los más exitosos de los años noventa, uno de los más vistos y también en una especie de formación alternativa para muchas generaciones. Aunque instalados plenamente en la visión de mundo estadounidense, su lugar ahí era relativamente incómodo, crítico frente a esos clichés del llamado american way of life.
Este fin de semana la serie llegó a su episodio número 500, una cifra que de algún modo demuestra su permanencia en el gusto del público a través de los años: 23 temporadas ininterrumpidas, un récord que ninguna otra serie de Estados Unidos puede presumir y que por lo menos podría extenderse hasta las 25.
“At Long Last Leave” se tituló el episodio en cuestión, y presentó a Julian Assange, quien grabó sus líneas en el Reino Unido, donde espera el resultado de su extradición a Suecia.
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