Arenofilia: el arte de admirar, apasionadamente, los increíbles patrones que trazan las caricias del viento sobre la superficie del desierto.
A lo largo de siglos, tal vez milenios, la misteriosa estética que impregna los patrones impresos en las arenas del desierto ha maravillado al ojo humano. Como si se tratase del legado de monumentales caricias que el viento propina a las superficies desérticas, el ritmo geométrico de estas formaciones resulta en una majestuosidad casi espiritual.
Sobre algunos de los más vastos desiertos del planeta surgen constantemente exquisitos trazos, cuyos patrones aluden, poéticamente, a algunos de los arquetipos fundamentales de la conciencia humana: la transformación, la dualidad, la repetición, la inmanencia y el encantamiento. De algún modo pareciera como si estos dibujos representasen la melancolía del desierto por su ancestral existencia marina, en donde las olas propiciaban una esencia dinámica.
La arena es una de las “sustancias” más increíbles del planeta. Recordemos que cada grano de arena fue alguna vez parte de gigantescas rocas, cuya solidez difícilmente hubiese sugerido la suavidad y maleabilidad de su destino. Hay que recordar que ortodoxamente, desde una perspectiva de estudio geológico, la arena es un termino empleado para cualquier partícula de cierto tamaño. Y si bien la más común que conocemos es aquella que proviene de la multifragmentación de cristal de roca, tambien existe arena que originalmente proviene del acero, el coral, la obsidiana o muchos otros minerales.
En Pijama Surf, arenofílicos, somos fervientes admiradores de las “caricias desérticas”, razón por la cual hemos decidido compartir contigo esta serie de relajantes fotografías.
Fotografías cortesía de Martyn Gorman.
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