“Los guerreros de Dios”
Reporteros sensacionalistas y los más serios y abnegados periodistas de investigación han empleado miles de horas de trabajo, y escrito centenares de artículos y libros, intentando desentrañar la verdadera naturaleza de las actividades de esta misteriosa institución. Se ha hablado de relaciones con la mafia, con el tráfico internacional de armas, de evasión de impuestos, de escándalos financieros y de fondos y bienes ilimitados procedentes del ocaso del Tercer Reich. Muchas de estas acusaciones no han sido más que intentos, más o menos oportunistas, de crear morbo a costa del secreto que envuelve al instituto; otras, en cambio, parecen más justificadas e incluso han dado lugar a acciones legales, como las emprendidas en su momento por los supervivientes del Holocausto, reclamando bienes y obras de arte que podrían proceder de incautaciones hechas ilegalmente contra judíos durante el período nazi, como el caso Alperin contra el Banco Vaticano.
Cuando en la época de Pablo VI el cardenal Egidio Vagnozzi, amigo personal del papa, fue puesto al frente de la prefectura de asuntos económicos de la Santa Sede, llegó a decir, algo molesto por el continuo secreto que envolvía las actividades del IOR, que
«sería necesaria una combinación del KGB, la CÍA y la Interpol sólo para tener un atisbo de dónde están los dineros».
Documento PDF: Camacho_Santiago-Biografia_no_autorizada_del_Vaticano.pdf
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